miércoles, 20 de abril de 2016

"La Cartuja de las Fuentes, la joya rescatada"

La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes afronta una nueva fase de obras. Su chapitel sufre obras de mejora de manera urgente ante un deterioro muy acusado de esta parte de la obra patrimonial propiedad de la DPH. Unas labores que cuentan con un presupuesto de 65.000 euros y que aborda el arquitecto Daniel Zabala Huesca.- La provincia oscense y en especial la Comarca de Los Monegros cuentan con una joya, su Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes. Esta obra patrimonial adquirida por la Diputación Provincial de Huesca en junio de 2015 fue rescatada con un coste de 260.000 euros. También se pagó una cantidad simbólica para hacerse con dos parcelas completas y tres parciales cuyos terrenos suman unas 19 hectáreas con el fin de adecentar el entorno de esta reliquia. El recinto, que en la actualidad adolece del abandono propio de una familia que no podía hacerse cargo, cuenta con más de 2.000 metros de pinturas murales de Fray Manuel Bayeu, hermano del pintor de cámara del rey, Francisco Bayeu, y cuñado de Francisco de Goya. En el mes de noviembre de 2015 se inició la primera fase de estas obras ante el gran deterioro que sufre la infraestructura. Las bases de esta estructura monacal han sufrido los embistes de los años y para atajar esta situación la propia DPH consignó 200.000 euros para convertir la Cartuja en algo parecido a lo que fue con unas primeras mejoras. “Queremos convertirlo en un recurso que genere actividad económica y contribuya a la dinamización y promoción de los Monegros como territorio turístico”, ya indicó en la firma del acta de replanteo la vicepresidenta de la institución, Elisa Sancho. Los primeros trabajos tenían mucho de investigación. Poco a poco los obreros iban descubriendo nuevas grietas, una escasa consistencia en algunas de sus techumbres o simplemente partes de la misma que se avocaban a la desaparición a causa de las dentelladas de la carcoma. La rehabilitación, además, cuenta con un extra muy en boga en estos tiempos, la participación ciudadana, a través de un proceso en el que han intervenido tanto los anteriores propietarios, los vecinos y la Plataforma creada para la defensa de esta obra declarada Bien de Interés Cultural además de ser Conjunto Histórico Artístico desde el año 2002. La actuación se desarrolla en unos 800 metros cuadrados, que suponen el 40% del total de la superficie. Pero la cosa no se queda allí, puesto que la Diputación Provincial de Huesca en menos de seis meses invertirá 600.000 euros, tanto dentro como por fuera. La Cartuja de las Fuentes también se debe a todo aquello que la rodea y por ello se acabó con la maleza que la escondía de las miradas poco discretas, pero también se tuvo que trabajar para mejorar los accesos y así permitir el trabajo de las máquinas, o la llegada del agua o la propia conexión eléctrica. Los latidos de la obra de arte hecha edificio se han acentuado con los trabajos y por ello se tiene que actuar de urgencia. Una entrada en quirófano, a manos del arquitecto Daniel Zabala, que ya con la recepción de la Cartuja pudo ver claras evidencias de deterioro “muy acentuado y progresivo en cubiertas que repercuten en la conservación de los diferentes habitáculos interiores, en especial, la decoración mural y cenital”, aseguraba en su escrito técnico. Obras de urgencia Un estado de deterioro que según los parámetros técnicos puede clasificarse como ruina irrecuperable con un riesgo elevado para la integridad física de las personas que están trabajando en la misma. Tras un primer diagnóstico sobre una de las partes del edificio, el chapitel, se pretende mejorar su seguridad según la normativa con un coste estimado de 65.000 euros. La actuación en sí prevé la demolición del entramado de cubierta, levantando un armazón similar. Se utilizarán materiales parecidos a los existentes lamentando la desaparición de gran parte de las tejas mudéjares que han abandonado la techumbre a causa de los embistes del cierzo. Para acabar se llevará a cabo una cobertura superior de los faldones con tejas planas de diseño, formato y terminación a semejanza del original. Todo ello para concluir la obra con los ornatos característicos en el mástil de coronación. “Hemos hecho un aprovechamiento de recursos en estas obras de urgencia ya que con un acuerdo entre empresas se utilizarán los andamios y la infraestructuras de la cubierta para arreglar el chapitel”, expone la vicepresidenta de la DPH y responsable de Patrimonio, Elisa Sancho. Sancho pone de manifiesto el buen ritmo de las obras de consolidación cuya primera fase terminará en poco más de un mes y las obras del chapitel se han iniciado hace unas semanas y con un plazo de ejecución de dos meses. “Además ya se está preparando la segunda fase de la reparación de las cubiertas. Con eso ya estará lista casi al 100%”, entiende la diputada, quien además avanza que tras su intenso lavado de cara ya se está pensando en aumentar el número de visitas guiadas. La DPH también ha salido en defensa de este servicio tras la rescisión del contrato con la empresa Gozarte por parte del Gobierno de Aragón. Unas visitas que en la actualidad también están condicionadas por la grabación de la película “Incierta Gloria” de Agustí Villaronga. Se espera del galardonado director que saque lo mejor de este paisaje y repita el éxito que cosechó con su “Pan Negro”. Haciendo historia El chapitel inicia sus obras de urgencia. P.O. El esplendor de esta pieza es indudable. Su abolengo está marcado a cincel en sus piedras, en sus tejas y en sus acabados que ahora se han suavizado por el efecto del viento y la lluvia. Precisamente sus últimos propietarios eran conscientes de esta degradación y, por ello, iniciaron conversaciones con instituciones como el Gobierno de Aragón. El Ejecutivo entonces popular argumentó que no podía hacerse cargo de esta Cartuja. Una petición de la que sí se hizo eco la Diputación Provincial de Huesca con su presidente, Antonio Cosculluela, que intentó mediar sin conseguir avances. Precisamente el hecho de conocer de cerca los problemas de esta Cartuja, su historia y la importancia etnográfica de la misma, hizo que saltara el amor a primera vista y fuera la DPH la institución que ahora vela por su futuro. También eran conscientes de la urgencia de las actuaciones arquitectónicas Tras sucesivas reuniones con la propiedad del monasterio, la familia Borrás y la Plataforma “Salvemos la Cartuja”, se valoró su compra como la mejor fórmula para salvaguardar este tesoro. Los cartujanos de La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes fueron la primera fundación de monjes cartujanos desarrollada por los condes de Sástago, allá por el 1507. Debido a su antigüedad, es uno de los elementos más importantes de la arquitectura de la Ilustración del siglo XVIII en Aragón. Fray Manuel Bayeu ingresó en La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes como novicio, alrededor de 1760, y vivió allí toda su vida. El que fuera hermano del pintor de cámara del rey, Francisco Bayeu, y también cuñado de Francisco de Goya, pintó durante casi toda su vida en las paredes, techos, bóvedas y capillas del complejo monacal que se encuentra en Sariñena. La Cartuja está ubicada en una finca de 58.340 metros cuadrados, de los cuales más de 15.400 son construidos. Data de comienzos del siglo XVI, de hecho figura como la primera fundación cartujana establecida en Aragón. Durante el siglo XVIII vivió su período de mayor esplendor y fruto de ello son las pinturas murales realizadas por fray Manuel Bayeu. Tras la desamortización de Mendizábal, la Cartuja pasó mediante venta a manos privadas. Primero tuvo su propiedad la familia Romeo Martínez de Bengoa, posteriormente el Banco Hipotecario de España, quien en 1896 vendió la propiedad a Mariano Bastarás Cavero, cuya familia ha tenido desde entonces la propiedad. (Aragón Digital)

viernes, 1 de abril de 2016

El monasterio de Santa Fe completa su declaración de bien de interés cultural

"Una orden publicada el pasado 29 de marzo en el Boletín Oficial de Aragón completó la declaración originaria de Bien de Interés Cultural (BIC) de la iglesia y puerta principal del monasterio de Santa Fe de Huerva, entre los términos de Zaragoza y Cuarte. Este trámite, de gran importancia para su conservación, es obligatorio a raíz de la entrada en vigor de la Ley del Patrimonio Cultural Aragonés, que supone revisar los expedientes de los monumentos que recibieron la denominación de BIC con anterioridad a 1999. "Es una gran noticia", subrayó ayer Angelines Mercader, responsable de Huerva Vivo, una entidad que vela por la conservación del patrimonio de las localidades situadas junto al río. Mercader anunció que su próximo objetivo será rescatar la ermita conocida popularmente como El Santo, que se encuentra en el término de Tosos y se haya amenazada por el recrecimiento del embalse de Las Torcas. "Su nombre oficial es San Bartolomé de Alcañicejo", manifestó la representante de Huerva Vivo, que habló de la vinculación del paraje con la figura del Cid." (El periódico de Aragón)

http://www.boa.aragon.es/cgi-bin/EBOA/BRSCGI?CMD=VEROBJ&MLKOB=899905043030